Cuento para niños de 2 o más años que hacen rabietas

Después de una rabieta de dimensiones descomunales que mi chiquitina me hizo al salir del cole, en torno a los 2 años, en que se tiró al suelo y se rebozó en un charco durante más de 15 minutos porque había decidido ella que quería llegar al coche en brazos y no andando, y yo, había decidido que mejor que fuera andando porque mi espalda tenía una contractura que me atravesaba entera de arriba a abajo y me dolía hasta al respirar…decidí que era hora de afrontar el asunto de las rabietas.

Me documenté, y parecía ser que lo mejor era ignorarlas, así que creé este libro para que ella comprendiera las consecuencias de hacer rabietas a través de un personaje: el dinosaurio Nino.

A fecha de hoy, debo decir que las rabietas han mejorado muchísimo, fruto de trabajar el asunto y de la madurez que le han dado a mi chiquitina estos 7 u 8 meses más de vida que tiene. También nosotros hemos aprendido a encauzar sus rabietas, lo hacemos de varias formas: chantajeándola es una de nuestras favoritas: “quieres ir al parque, pues tienes que sentarte a hacer pis primero” a veces cuando la rabieta está en su fase muy inicial imito a algún animal y consigo que se ría, juego a pikaboo, o directamente la ignoro.

Pero no todas las rabietas se deben ignorar. En el libro “el cerebro del niño” aprendí que hay dos tipos de rabitas: las que están orquestadas por su cerebro superior y las orquestadas por el inferior. Lo que yo comprendí de la explicación del libro es que las rabietas orquestadas por el cerebro superior son aquellas en que si le das lo que quiere, la rabieta se acaba: esas hay que ignorarlas, del todo, porque si no, el niño aprenderá que la manera de salirse con la suya es así, haciendo la rabieta.

Pero luego están las del cerebro inferior: cuando el niño tiene hambre, sueño, miedo…situaciones en que su amígdala o cerebro más primitivo, ha tomado el control, esas se deben afrontar de la siguiente manera:

Hay que aproximarse a su cerebro emocional: con una actitud cariñosa, un abrazo, o caricia, para que se sienta comprendido..y entonces apelar a su cerebro racional, cuando ya se ha calmado.

Esta es mi interpretación de lo que leí en el libro el cerebro del niño, y lo que yo intento aplicar con mi chiquitina, aunque no siempre sale, o no siempre tengo claro qué clase de rabieta me está montando.

Lo cierto y verdad es que en estos 7 meses las rabietas han mejorado infinito, y su comportamiento en general, también. Así que yo estoy esperanzada en que la cosa siga yendo a mejor aún.

Actualización: A sus 3 años y 4 meses mi niña se ha enganchado a este libro. Llevamos leyéndolo en torno a un mes, todas las noches, sin excepción, o sea, más de 30 noches seguidas el mismo cuento. No perdona una noche sin el dichoso dinosaurio de las rabietas. Espero que el mensaje del libro se le esté quedando bien grabado en el inconsciente. jajajajajajajajaj.

Disfruta mucho haciendo ella de dinosaurio Nino, la verdad. Lo bueno es que Su Señoría me permite leer otros cuentos además de este..porque en el coche sólo me permite poner una única canción en todo el trayecto, en todos los trayectos que hacemos en coche, y os aseguro que son muchos al cabo del día. Ya casi odio “pitiblu” – (“La canzone nostra” de Maze, Blanco y Salmo) y mira que me super encantaba esa canción.

Aquí os dejo un audio de una noche que decidí grabar nuestra lectura del “libro del dinosaurio”

Las rabietas han ido mejorando mucho y mi capacidad para verlas venir también: ahora rescato a la enana de la rabieta con mucha más facilidad porque las capto en su estado más incipiente y le hago reir, o cosquillas, o cualquier chorrada que desvie su foco de atención de a donde se dirige. Lejos quedaron los días en que mi chiquitina limpiaba a fondo todos los pasillos del carrefour, cual mocho de fregona, gritando por…pues yo qué sé por qué.

Hace ya meses que me la puedo llevar a comprar y ¡joder se porta de maravilla! ((para como se portaba antes))) como mucho sale corriendo para que la pille pasillo alante, o se me esconde detrás de algún lineal jugando al escondite, o me arma un pequeño lío porque ella lo que quiere es parque y no comprar.

Los terribles 2 han pasado. No puedo decir que no haga ya ninguna rabieta…que sí, que las hace, pero buff, nada que ver, nada que ver.

Padres, tened fe en vuestros hijos que si la mía ha mejorado los vuestros también lo harán.

Fin de la actualización

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